Ampliación de horarios comerciales, ¿sí o no?

Ampliación de horarios comerciales, ¿sí o no?

El horario de apertura del comercio de proximidad en ciudades y pueblos de Cataluña, tradicionalmente ha sido de jornada partida. Ya hace unos años que esto está cambiando.

Las familias han cambiado, las jornadas laborales también y de una forma muy lenta, pero muy insistente por parte de la sociedad, se empieza cada día más, a conciliar vida profesional y personal.

Soy madre, gerente de tiendas de ropa y directora de un instituto de comercio. Soy autónoma e intento conciliar tanto como puedo familia y trabajo, algunas épocas con más éxito que otros.

Como consumidora me gusta el comercio de proximidad, tiendas y tenderos que conozco, establecimientos donde sé que me asesora con profesionalidad, que conocen el producto, el oficio y saben cuidar al cliente.

Pero cada vez me cuesta más ir a este tipo de establecimientos en mi ciudad.

El motivo principal son los horarios de apertura al público. Muchos de estos establecimientos cierran a las 13.30 y no vuelven a abrir hasta las 17.00, tres horas y media de cierre a la mitad del día. Es cierto que todavía muchas familias comen en casa al mediodía, en ciudades pequeñas como la mía, Reus. Pero otros no pueden y comen en el trabajo o más tarde.

Trabajadores y empresas intentan cada vez más, hacer jornadas seguidas o jornadas partidas con menos descanso al mediodía para poder terminar antes. Muchas personas se encuentran que al salir de trabajar todo el centro de la ciudad está cerrado, también el mercado.

En mi caso que salgo de trabajar alrededor de las 14.30, por poner algunos ejemplos: últimamente no he podido ir a la óptica a hacerme unas gafas, ni comprar la comida precocinada si dino en casa y no he tenido tiempo de hacerlo. No me he comprado ropa ni zapatos, no he podido escoger un libro para las próximas vacaciones, ni muchas otras cosas en el centro de la ciudad.

Así pues, ¿donde comprar en esta franja horaria?

Volvemos a iniciar el controvertido y vigente debate de siempre, centros comerciales, compras en línea y grandes superficies.

Como tendera responsable de dirigir establecimientos comerciales y un equipo de ventas de diez trabajadoras, la experiencia a lo largo de los años, me ha demostrado que facilitar la conciliación familiar y laboral a las trabajadoras y trabajadores del comercio aporta beneficios y aumenta la productividad.

Trabajar en turnos seguidos y no con un horario partido, permite conciliar. Para trabajar en turnos seguidos se ampliará el horario al público, de 10 a 11 horas de apertura. Si son turnos rotativos o turnos fijos ya depende del perfil del equipo y de la tienda. No necesariamente ampliar horarios implica aumentar costos, se pueden optimizar los recursos humanos de la tienda conociendo los históricos de tráfico y picos de venta.

También es cierto y aquí debo remarcar, que en establecimientos regentados por una o dos personas este modelo no es válido, al menos hasta que no se pudiera aumentar el equipo.

Sin embargo, en estas tiendas habría que ver tráfico y picos, para valorar si el horario tradicional es el más adecuado o no. Por ejemplo, en muchos barrios de Barcelona, ​​donde hay muchas tiendas de este tipo no se abre a las 10.00 sino a las 12.00 y se hace turno seguido. En ningún caso digo que esto sea válido para todas las ciudades y pueblos, sino que habría que valorar si sería conveniente cambiar el horario actual.

Lo que si muestran estudios recientes, es que las personas que pueden conciliar profesión y familia, valoran mucho su puesto de trabajo, y por este motivo, están dispuestas a formarse para crecer profesionalmente.

Se comprometen y se responsabilizan de su trabajo y de su equipo.

Formarse, dignifica el oficio del comercio, cohesiona equipos, permite el crecimiento profesional y por tanto, el crecimiento empresarial, responsabiliza, disminuye costos. Y sin lugar a dudas, los trabajadores formados en comercio aumentan facturación de sus establecimientos comerciales.

Hablar de ampliación de horarios en el mundo del comercio de proximidad es complicado y soy consciente de que la tradición y los hábitos cuestan mucho cambiar. Pero el cliente actual no es como el cliente hace unos años, los clientes actuales son los “IWWIWWIWI” – “I want what I want when I want it” (Yo quiero lo que quiero cuando lo quiero), y el comercio de proximidad deberá adaptarse para sobrevivir.

Y para finalizar, vuelvo al otro lado, como consumidora y cliente potencial de la franja de la mitad del día. Me encantaría poder ir a las tres o las cuatro de la tarde a comprar en los establecimientos de proximidad que tanto y tanto me gustan, y no lo he dejado de hacer a pesar de los horarios.

Hoy por hoy hago escapadita de mi jornada laboral, es la única ventaja que le he encontrado a cotizar como autónoma y por tanto, no lo desperdiciaré. Otro día hablaremos sobre este colectivo.

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